Creo que, en las personalidades más sanas, hay cierta tendencia a la autopostergación sin que eso signifique para éstas una disminución de la autoimagen positiva. Esta autoimagen positiva resulta, quizás, de la autopercepción de tener "resto atencional" para donar al otro. Por el contrario, cuando la autopostergación genera en el tipo la sensación de pérdida lesiva de la atención necesaria para el sostenimiento del propio yo, puede ser porque la demanda es vivida como imposición externa (real o fantaseada) o porque el narcisismo se resiste a ceder lugar atencional a ningún otro. Cuanto más atención sienta el tipo que necesita dirigir al sostenimiento del "yo soy" ante el otro, menos resto le quedará para donar libremente a los demás. Y esto no es sólo una cuestión ética. Si el flujo atencional sólo discurre en el circuito cerrado del sostenimiento del "yo soy", se "despotabiliza" como el agua en un circuito cerrado. Creo que una de las clave de
Compartiendo Psicología