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Mostrando las entradas de agosto, 2018

PSICOLOGÍA DEL PLACER

Presiento que voy a ser puteado. Ya varias veces empecé o terminé una nota así. ¿Será que me gusta ser puteado? ¿O será que soy un sádico que me gratifico en ver cómo se enoja el otro? Creo que no es así. La verdad es que, aún habiéndolo esperado, me desagrada bastante cuando alguien me insulta, me agrede o me desprecia por lo que escribo. Me puedo “defender” diciéndome que el ataque del otro es una reacción defensiva, porque toqué alguna fibra que lo incomoda o lo ofende. Pero el desagrado persiste. Al igual que a la mayoría de los no-psicópatas, me gusta ser amado, valorado e, incluso, elogiado, y me desagrada ser agredido, despreciado y, sobre todo, ignorado. ¿Y entonces por qué lo hago? ¿Por qué escribo cosas con la convicción previa de que voy a generar reacciones adversas en más de uno? ¿Por qué no escribo textos edulcorados que me aseguren el “amor de las masas” y cientos de “likes”? En relación a esto (y para ir entrando en tema de una mane

FILOSOFÍA DE VIDA Y PSICOTERAPIA

Ser humano implica, entre varias otras cosas, tener un filosofía de vida. No hay persona que carezca de una “visión del mundo”, por más primitiva que ésta sea. Incluso decir que el mundo es un caos sin sentido es también una definición del mundo. La negación explícita e intencional de toda filosofía es también una filosofía. Si usted es persona, usted tiene una filosofía de vida. Y si no le gusta tenerla, lo lamento. Ese “disgusto” también es parte de su filosofía. Podrá ser usted relativista, hedonista, naturalista... incluso podrá ser nihilista.  Lo que no podrá por más que se esfuerce es ser nada .  Porque también existe la filosofía del ser nada. ¿Que usted no está de acuerdo? Bien. Su desacuerdo es una filosofía. ¿Que a usted no le importa? Otra filosofía. Estaré encantado de leer las posibles excepciones que usted crea encontrar en esto que, para mí, es una verdad universal. Claro. Si le hicieron una lobotomía o si está abajo de

HERRAMIENTAS Y USOS

Un martillo puede servir para construir. Pero también puede servir para matar. O para machucarme un dedo. En mi caso, las lapiceras o los teclados son cosas mucho menos peligrosas para mí mismo. No soy una persona muy “bendecida con habilidades machistas”. Me dan un martillo y me pongo a pensar en el martillo en vez de usarlo para clavar el clavo que mi esposa quería. Ya sé... linda manera de hacerse el boludo me dirán... cría cuervos y te arrancarán los ojos. En fin... La cosa es que lo mismo que pasa con los martillos puede pasar con las ideologías... y con cualquier otra herramienta de otros tipos, como diré después. Las ideologías son herramientas de conocimiento. Y, como el martillo, se usan para construir, para matar, y para dársela por la cabeza hasta volverse estúpido... como sedante. Lo que pretendo decir es que, si hablamos de herramientas, más importante que el qué, es el cómo, o el para qué. Hoy, por ejemplo, vemos a alguien concent

SENTIMIENTO, SENTIMENTALISMO Y TRAGEDIA GRIEGA.

Vivimos en tiempos líquidos . Esto, como todo, tiene características positivas y negativas. Una de las positivas es que se superó cierta rigidez artificial de épocas anteriores, como el positivismo y el victorianismo. Una de las negativas es que parecería que una gran cantidad de gente metió su cerebro en una licuadora. ¿Qué significa esto? En mi opinión, que perdió por completo la noción de orden jerárquico de las cosas. Si a usted se le “erizan los pelos” cuando le sugieren que el mundo es un cosmos ordenado, quizás participe de esta licuidificación, aún sin ser muy conciente de ello. Es lo que Kierkegaard quería decir, según creo, cuando hablaba de la esfera estética de la existencia .  Una manera de ver el mundo que tiende a nivelar todas las cosas. A desconocer que hay cosas más importantes que otras con el propósito de validar los propios caprichos sobre todo lo demás. ¿Qué tiene que ver esto con el tema? Bueno, justamente, creo que eso pasa en