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El Mono y el Secretario - Humanismo Posracionalista

EL MONO Y EL SECRETARIO


Humanismo Posracionalista 







borrador por  Pablo Berraud
(ya vendrá versión más desarrollada)

El siguiente artículo quiere ser una síntesis de (en mi opinión) algunas de las ideas  más significativas en relación a la estructura del aparato psíquico de George Mead, combinadas, según mi propio criterio con otras afines de Vittorio Guidano, Edgard Morin y Karen Horney, (ésta última, en mi opinión, una de las mentes más brillantes  de principio del siglo 20 silenciada quizás sólo por el hecho de ser mujer) 

Según Mead, nacer a "la humanidad" implica necesariamente cierta "escisión psíquica": 
Para que surja un Sujeto, debe constituirse simultánea y dinámicamente un Sujetador internalizado. 

Dicho de otra forma: todo Sujeto se inscribe y se consolida conceptualmente dentro de un Nosotros ante el que identificarse, recortarse y religarse. 
Ese Nosotros, se dice, está internalizado. ( Es, por decirlo de algún modo, una "representación mental"... pero este "modo" no alcanza para dar cuenta de lo que realmente sucede adentro de esa "representación". )
A partir de aquí lo vamos a llamar el Secretario.
Vendría a ser como una especie de Embajador entre nosotros y "el Mundo" del que formamos parte.
No está ni "afuera" ni "adentro". Está en el medio.
Nadie sabe bien "para quién trabaja" (para uno o para "el mundo").


El Self (o "sí-mismo", o personalidad total) del Sujeto es la resonancia resultante del diálogo (o, mejor dicho, la dialéctica) entre un impulso centrípeto egocéntrico a autopercibirse como "centro de un Mundo"  ( de aquí en más "el Mono") y un impulso centrífugo de "fuga de sí" hacia ese Mundo, representado internamente, que lo contiene y a la vez limita (de aquí en más "el Secretario") (cfr Morin "La Humanidad de la Humanidad"). 

La escisión neurótica no se refiere a la división estructural entre el Mono y el Secretario (que es constitutivo de la ontología humana per se) sino al desplazamiento de la identidad desde el Yo originario (“el Mono”) al Yo ideal (o imagen idealizada de sí mismo), alienando así la generatividad, espontaneidad y tendencia natural a la religación del Mono cuando está en estado de salud psíquica. 
Es decir, cuando no está alienado. (Horney/Mead).

Toda angustia humana es la resultante de una discrepancia entre el Mono y el Secretario, resultante, de una forma u otra, en una restricción de la generatividad espontánea del Mono. (Horney).

En el lenguaje de George Mead, el Mono correspondería a lo que él llama “el Yo” y el Secretario lo que él llama “el Mi”. Para una explicación más exhaustiva remito al lector a su obra “Espíritu, Persona y Sociedad”. 

Cuando decimos “Yo” (aunque sin advertirlo) no decimos siempre lo mismo. No nos referimos siempre a la misma instancia psíquica. Cuando decimos “Yo”, a veces nos referimos realmente al Yo (el Mono) pero la mayoría de las veces nos referimos al Mi (el Secretario) .

Todo bien pero ¿por qué usar estos nombre ridículos? , podría preguntarse alguien.

Fundamentalmente porque el lenguaje metafórico es el privilegiado para hablarle al Mono, que es nuestro verdadero ser y que de momento está encarcelado y amordazado y filtrado por el Secretario. 

Un psicoanalista verá quizás muchos puntos de contacto entre “el Secretario” y el "Superyó” freudiano. Y algo en común tienen. El Secretario se ocupa de muchas de las “tareas psíquicas" que Freud ubicó en el Superyó, pero cumple también muchas otras que la concepción semi biologista de Freud no le permitió dilucidar. (no lo digo yo, lo dice Horney).

Y esto sin negar ninguna de las determinaciones biológicas conocidas.
No hay sujeto humano sin cuerpo.
No hay sujeto humano sin vínculos. 
No hay Mono sin Manada (aunque sea, parcialmente internalizada). 

[Digresión: Como dice Morin, la discusión eterna "natura/nurtura" se resuelve paradójicamente afirmando que somos 100%  biología y 100% cultura. (Todo lo que está afuera está adentro y viceversa... y una cosa existe para "encastrar" con la otra)]

Sigo
O sea, para volverse humano, el Mono necesita del Secretario. 
Porque la actividad del aparato psíquico humano parecería estar dividida en dos:
El Mono (Yo) es el que actúa, piensa , dice, siente, construye, coge, engendra, mata, escribe libros, hace casas, crea y destruye doctrinas, hace revoluciones… todo de manera casi inconciente (o mejor dicho tácita). Mientras que en la otra, la actividad del Secretario (Mi) es reinterpretar las acciones del Mono de manera tal que parezcan coherentes ante un público imaginario internalizado, de modo que tales acciones sean aceptables para la comunidad de la que el Mono aspira a formar parte. (Mead).

Dicho de otra manera, todo lo que el Mono hace, el Secretario tiene la compulsión (cuando está neurótico) de presentarlo de manera tal, que pueda considerarse digno de amor y necesario para la manada. 
Porque aprendió desde muy temprano que esas son las cosas fundamentales para sobrevivir y no ser expulsado del grupo. 

El Secretario, pues,  es una prótesis. 
El Yo Real es siempre el Mono. 
Pero sin esa “prótesis” sería imposible que nuestro Mono accediera a las condiciones básicas de evolución que hace que nos podamos llamar humanos. 
Es decir, el "Mono humano" no podría ser humano en absoluto si la cultura no le hubiera implantado un Secretario (como si fuera una especie de chip virtual incorporado fundamentalmente a través de la adquisición del Lenguaje, aunque también de muchas otras maquinarias culturales abstractas que sería muy largo describir acá). (Mead / Vigotsky).
Obvio, también, que sin el aparato biológico pertinente que trae de base el ser humano, la cultura por sí sola nada puede hacer. Ningún perro se vuelve humano (en el sentido más estricto del término) por vivir entre humanos, en una cultura.
La función inicial del Secretario es cuidar y educar al Mono humano a fin de que sea apto para participar en la manada y colaborar libre creativa y generativamente con ella. (Mead).
Un Mono integrado es un mono feliz, un Mono aislado nunca podrá acceder al pleno desarrollo de su humanidad o su potencialidad. Un Mono alienado, con la excusa de integrarse, es un Mono torturado: en ese estado nada de lo que intente puede salirle bien. Este último sería el humano "autoexplotado" de la tardomodernidad que dice Byung Chul Han

Repito:
No confundir un Mono integrado con un Mono alienado (que es lo que sucede por definición en casi cualquier tipo de neurosis: que nuestro Mono está alienado). 
Los traumas infantiles hacen que el Secretario, inicialmente destinado a cuidar, formar y proteger al Mono, se vuelva hostil con la suposición (producida en su pequeño cerebrito infantil por las circunstancias traumáticas [incluida la neurosis de sus propios cuidadores]) de que si no lo tiene al Mono sojuzgado (atado y amordazado), el pobre se va a terminar matando a sí mismo (o a alguien más) de puro pelotudo.  (Horney).
A partir de ahí, y con el sólo propósito de sobrevivir, el Secretario se “inventa” una especie de “Mono Imaginario Alternativo” que es como se imagina que tendría que ser su propio Mono para lograr ser amado por aquellos que lo deberían haber amado desde el vamos, pero que, por una causa o por otra resultaron incapaces de hacer que  nuestro Mono se sienta adecuadamente amado y protegido tal cual es. Es decir que nuestro Mono, ya de muy pequeñito, se persuadió a sí mismo de que para ser amado tenía que tratar de desear ser otro.  Que ser él mismo no era suficiente, que "con lo que soy no alcanza"
Y esta sensación es el factor común y la pura tragedia de casi toda vida humana tomada/poseída por la neurosis. (Horney/Bowlby).

Ese “Mono Imaginario” que el Secretario se inventa, es casi lo mismo que los psicoanalista llaman el Yo Ideal. Pero este Yo Ideal es un mecanismo complejo y procesual (no una foto estática) formado por el rebote (a veces frenético) entre la imagen deseada de nosotros mismos (aquella con la que el niño supone que va a conseguir amor [más exactamente la creencia nuclear es que ésa es la única forma posible de conseguir amor]) y su contracara (que funciona dialéctica y recursivamente con la primera) la imagen más temida de nosotros mismos (aquella que suponemos que, si fuéramos eso, seríamos excluidos de la manada y abandonados a una muerte segura). (Horney/Guidano).
Todo esto construido muy tempranamente por nuestra mente infantil que tuvo que “huir a esa fantasía” con el sólo propósito de no perder la coherencia sistémica de su representación de sí. (Horney/Guidano).
Así, el Secretario, generado originalmente para “sujetar” (convertir al Mono en sujeto) termina (casi siempre por miedo) dedicándose a “sojuzgar”.  Es decir, a alienar al Mono, privándolo de su condición de sujeto. (Horney).

¿Y todo esto como "se toca" en uno mismo?
¿Cómo lo vemos?
¿Cómo hacemos para reconocer en nosotros mismo cuándo el que dice "yo" es verdaderamente el Mono y cuándo es el Secretario usurpando su voz?

Algunos tips para detectar al Mono y al Secretario dentro de uno mismo: 

El Secretario es predominantemente digital (las cosas son blanco o negro, medibles, clasificables, cuantificables). 
El Mono es predominantemente analógico (se aproxima a la experiencia desde lo corporal/sensorial, la realidad es textura,  matiz, olor, sensación... poco encasillable). 

El lenguaje del Secretario es predominante racional, lógico, binario.  (aunque, por supuesto, puede manejar, si quiere, sus aspectos analógicos, como por ejemplo la poesía).
El lenguaje del Mono es predominante analógico, metafórico, borroso, pictórico. (aunque puede emular el lenguaje racional (lógico/matemático) sin ningún problema, si ésa es su inclinación).

El Secretario se educa de manera lógico/racional. 
El Mono se forma (se humaniza) por métodos analógicos, como el ritual, el arte, la metáfora, los mitos,  la mímesis (aprendizaje vicario), etc. 

El Secretario siempre duda. 
El Mono siempre está seguro (aunque por supuesto puede estar completamente equivocado, pero ese sería otro tema). 

El Mono hace
El Secretario interpreta (explica, condena, justifica...). 

Todo lo que hace el ser humano lo hace el Mono.
El Secretario siempre viene después a tratar de explicar lo que está pasando. 

El Mono es dionisíaco. 
El Secretario es apolíneo. 
(ver Nietzsche)

El Mono opera predominantemente con la memoria procedimental. (sabe hacer)
El Secretario opera predominantemente con la memoria semántica.  (sabe interpretar, explicar)

Cada Mono individual es predominantemente idiosincrático (distinto a los demás). 
Es lo que nos hace a cada uno único e irrepetible. 

Si uno mira alrededor y ve que la gente es demasiado parecida entre sí, es en virtud de las normalizaciones y normativizaciones que el Secretario aplica al Mono a fin de socializarlo. 

El Secretario tiende a lo estereotípico (la mayoría de los sujetos tienen algún tipo específico de Secretario). 
El Mono, por el contrario, tiende a lo idiosincrático: a ser él mismo: único.
Y eso, dicho sea de paso, es la salud mental. 

Lo que habitualmente se "diagnostica" es la modalidad estereotípica del Secretario y se invisibiliza la generatividad propia de ese mono particular que es donde están las herramientas de sanación. 

Las sobredeterminaciones del Mono son: 
(Morin, "La humanidad de la humanidad")
  • ser centro del mundo (impulso centrípeto (de autopreservación), a favor del Yo) 
  • ser procreador/predicador (impulso centrífugo (de autopostergación o "fuga de sí"), a favor del Nosotros/ Especie) 
    Nota: (Para que haya vida [ no sólo humana, sino cualquier vida], estas dos tensiones (centrífuga y centrípeta, tienen que  ser proporcionales [una tirando "hacia a dentro" y la otra "hacia afuera"]. Si una de las dos es mucho más intensa que la otra el sujeto se desequilibra [o enloquece o simplemente muere]. Es decir su coherencia sistémica se desintegra). (Morin).
  • ser indigente/captante de amor (impulso religador [determinado por el deseo del deseo del Otro]) 
  • ser impulsado hacia la autorrealización: lo sano en el mono es querer evolucionar, crecer, desarrollarse. Cualquier  estancamiento a este respeto es una inhibición producida por el Secretario.  (Mead/Horney/Rogers) .

El Secretario es lo que en el lenguaje vulgar se identifica vagamente como "la conciencia". 
Y, aunque cumple alguna de sus funciones rudimentarias está muy lejos de ser la conciencia humana posible.  
La conciencia humana posible (y deseable) sería, en realidad, como dice Guidano, la conciencia de la conciencia. (Tercera posición psíquica).

Es decir, el primer paso en la autorreflexividad humana es dejar de confundir al Secretario con la conciencia y acceder a la Tercera Posición psíquica, que le permita ver tanto al Mono como al Secretario como partes del "Sistema del Self", y así predisponer un diálogo conciente e intencional entre ambos. 
Y digo conciente porque ese diálogo Mono/Secretario ya existe en todos nosotros de manera tácita (es decir, fuera de nuestra percepción).  Pero funciona de una manera tan disfuncional (por suceder en “la sombra”) que termina siendo la causa fundamental y el sostén de nuestra neurosis. 


Las herramientas del Secretario:
El Secretario dispone de un conjunto de "maquinarias" o "interfases" a su disposición (todas recursivas, es decir como ruedas excéntricas que giran frenéticamente entre dos ejes, para producir determinado efecto en el equilibro sistémico total). (Guidano/Morin)  
Dice Guidano: <<lo que busca el ser humano no es la homeostasis (como quería Freud) sino la Coherencia Sistémica>>. Al servicio de esto está toda la actividad psíquica.

Éstas herramientas recursivas no sólo tienen la función de proteger y educar al Mono sino también varias otras de las que voy a señalar algunas a continuación:

Las maquinarias recursivas abstractas son (posiblemente entre otras que más adelante iré especificando): 
  • El Lenguaje (matriz de los Analizadores binario y analógico [esto necesita todo un desarrollo aparte que me llevaría lejos del tema central]) .
  • El Organizador (tácito sistémico, quizás producido por el lenguaje... o quizás condición para su adquisición [esto también hay que mirarlo más de cerca, en otra oportunidad]). 
  • El Yo Idealizado (Holograma de perfección) (con su doble cara de  <<Imagen deseada/ Imagen temida>>).
  • El Nosotros internalizado (el Otro Generalizado de George Mead, también el Gran Otro de Lacan, aunque Mead lo dijo primero) .
  • El Imprinting (concepto Moriniano de importancia capital que luego explicaré). 
  • El Ideal como imperativo abstracto (aquí la vocación y el tropos “natural" del Mono hacia la autorrealización y la búsqueda de sentido) . (Sé que esto es controversial: me apoyo en Allers, Frankl, Horney, Maslow, Rogers, Morin, entre otros). (Algunos psicoanalistas le dicen a esto el Ideal del Yo).
  • El Yo Observador/Evaluador (filtrado por el Imprinting) (lo que vulgarmente se llama “la voz de la conciencia”  con su  "Panóptico Internalizado" (el "qué dirán" como mirada externa rectora asignada al Otro generalizado [Mi] [que no tiene nada que ver con el "Moi" de Lacan]) 
  • El Escriba, que (Junto con el set de Diálogos) produce permanentemente... 
  • El Guión 
  • El Sujetador (máquina de sujetar (a la vez sojuzgar y subjetivizar) 
  • El Predicador (de esto hay mucha tela para cortar pero me iría mucho por las ramas intentando explicarlo ahora, así que lo voy a dejar para otro artículo).


El Lenguaje 
incluye tanto el esquema abstracto de la lengua materna (significante abstracto) como el set personal de significados (tanto digitales como analógicos) para cada palabra concreta que conozca el sujeto. Tanto en un sentido como en el otro constituyen la estructura matricial y la materia prima del Imprinting

El Organizador 
responsable de la coherencia sistémica del sujeto es el que da cuenta de la propia identidad dentro de la propia cosmovisión (respondiendo permanente y coyunturalmente, momento a momento, a la(s) pregunta(s): “quién soy”, “para quién”, “en qué mundo”) aunque de manera tácita (mientras que el Guión sería su resultante explícita). Es también el imperativo unificador que hace que el sujeto se autoperciba como una unidad constante en el tiempo.

El Imprinting 
Dice Morin: 
<<La cultura va a inscribir en el individuo su Imprinting, impronta matricial a menudo sin retorno que marca  desde la primera infancia el modo individual de conocer y comportarse y que se profundiza con la educación familiar y después escolar.  El Imprinting fija lo prescrito y lo prohibido, lo santificado y lo maldito; implanta las creencias, ideas, doctrinas que disponen de la fuerza imperativa de la verdad o de la evidencia. Enraíza en el interior de las mentes sus paradigmas, principios iniciales que mandan los esquemas y modelos explicativos, la utilización de la lógica y ordena las teorías, pensamientos, discursos.  El Imprinting va acompañado de una normalización que hace callar toda duda o contestación de las normas, verdades y tabúes.>> (La humanidad de la humanidad).

El Imprinting tiene una parte digital (leyes, definiciones, normativas) y una analógica (sentimientos, tabúes, modalidades vinculares). Ambos aspectos pueden tener partes explícitas (accesibles a la conciencia) como implícitas (borrosas o totalmente ocultas a la conciencia). La parte digital del Imprinting puede ser narrada con la función descriptiva lógica racional del lenguaje y la parte analógica con las funciones poéticas del lenguaje (metáfora, comparación, analogía, metonimia, etc.) 
[Nota: Deconstruir el Imprinting (en la medida de lo posible, para cada cual)  para reconstruirlo de manera deliberada, autónoma, conciente e intencional es parte fundamental de cualquier terapia que busque desalienar al Mono.]

Dicho sea de paso, hasta que el Mono no logra tener un diálogo crítico con su propio Imprinting, no se puede decir que haya salido de la "Moral Heterónoma" para acceder a la "Moral Autónoma", cosa que según Piaget debería suceder "naturalmente" o "automáticamente" (¿tácitamente?). Pero eso es otro tema....

El Escriba 
es función del Secretario como una máquina recursiva dedicada a la producción de la "Autobiografía" (Guión) cuya "materia bruta" son los actos del Mono. 
Es decir, a partir de lo que el mono hace espontáneamente y de lo cual el Secretario sólo puede ser testigo, el Escriba crea interminablemente una narrativa tendiente a presentar al mono de una manera favorable ante los ojos del propio Imprinting. 
Un subsistema subsidiario a éste es el "Set de Diálogo", especie de escenario imaginario donde el Escriba reescribe compulsivamente una y otra vez, todos los diálogos de los que el Mono participó y en los cuales el Evaluador no está demasiado conforme con lo que hizo el pobre bicho. Entonces lo recrea recursivamente  (literalmente lo "proyecta" imaginariamente como si fuera contra una pantalla de cine) pero con los comportamientos imaginarios que el propio Mono (a juicio del Evaluador) debería haber tenido, para actuar según las demandas del Yo Ideal, o sea, para "salvar el honor".
Dicho de otra forma "para quedar bien" ante "alguien más": el Otro Generalizado internalizado (Mead/Guidano).

El Sujetador 
es el encargado de convertir al Mono en "persona social" (sujeto).  Así es de imprescindible.
De acuerdo al estilo de apego de cada persona, su Sujetador tenderá a alojar al Yo en un Nosotros habilitante (apego seguro), o tenderá a sojuzgar al Mono a un sistema rígido, alienante, no habilitante de su subjetividad (apegos autoritario, ansioso o desorganizado).  (Horney/Bowlby).

Esto fue popularizado por Bowlby en los '50, aunque Karen Horney lo dijo primero (20 años antes, y nadie le dio bola, vaya uno a saber porqué). 

La subjetivación es la sujeción a un nosotros habilitante. 
El sojuzgamiento es el sometimiento a un nosotros alienante.  

El Yo Observador mira el pasado: es como una imitación de la conciencia que hace el Secretario. 
Sólo puede dar cuenta de lo que el mono ya hizo, dijo o reprimió. 
Está filtrado por el Imprinting y por el propio Guión. Es decir, no ve realmente “lo que sucede” sino lo que según los requisitos del Imprinting y el Guión es “lo que debería hacer sucedido”. 
En otras palabras, está fuertemente determinado por el propio sesgo de comprobación.

Todo lo observado que no entra en dicho sesgo de comprobación es ignorado o tachado por ese supuesto "Yo observador", pretendidamente “neutral”.  (Guidano)

De manera tal que no se puede decir que sea una mirada "objetiva" de uno mismo.  Y, como si eso fuera poco, a la saga de cada observación se dispara el Evaluador, que compara lo que hizo el Mono con los comportamientos "exigidos" por el Yo Ideal para estar de acuerdo con el Imprinting Moral. Luego los califica: aprobando o desaprobando. 
Todo lo que incomoda, va a parar al Set de Diálogo, a ver si se puede corregir la imagen dañada.
Si no se puede, lo que no cumple con ciertas condiciones de aceptabilidad simplemente se “tacha”, se excluye de la conciencia. 

El Guión 
es lo que el Escriba continuamente produce.
Es un diálogo entre el Imprinting y el Yo Ideal. 
Es el relato destinado a  afirmar la sensación "Yo, Centro del Mundo".
Es la película en la que somos el Protagonista Principal que, de una forma u otra, deber ser justificado.
Esto no es ninguna frivolidad ni pelotudez superficial. Porque si esto no se logra, lisa y llanamente, hay psicosis. (Guidano).
Repito esto por si no se le prestó la atención necesaria:
La Autobiografía es lo que todo Secretario (en su función de Escriba) por el simple hecho de tener (poseer/ser poseído por) un Lenguaje Narrativo, se ve compelido a escribir. La función primitiva del Guión es construir un relato en el que los actos del mono parezcan lo suficientemente aceptables para no ser expulsado por la manada. Si esto no se consigue, como acabo de decir, el tipo se "vuelve loco" (entra en desestructuración psicótica). (Guidano).

El Guión es el operativo interno de márquetin que nos dice que somos "dignos de pertenecer". 
El Escriba se ve constantemente compelido a redactar para un público imaginario cuyas características, no obstante, están suficientemente especificadas en el propio Imprinting como la Voz de un "Otro Generalizado" poseedor de definiciones acerca de qué es la Salud, la Cordura, la Sensatez, la Belleza, el Bien, entre otras arbitrariedades. 
Repito: ante ese Espectador/Juez, el Escriba trata de presentar las acciones del Mono de manera tal que sean "lo suficientemente aceptables" para no ser "expulsado de la manada" y, secundariamente, lo más eficaces posibles para conseguir sentirse útil y, por lo tanto, amado. 
O sea, sentirse amado es lo primordial, pero no alcanza. Además el Mono necesita sentirse útil y necesario a la manada. O sea el amor conseguido debe ser producto de un reconocimiento (por los demás significativos) de sus propias capacidades y dignidad intrínseca. Un amor puramente gratuito (porque sí) no es suficiente para lograr la consistencia interna necesaria. El Mono necesita ser amado específicamente por lo que él cree (o desea) ser, no por lo que  a cualquier otro se le pudiere ocurrir. El problema es que el Mono, en estado de neurosis, no tiene ni siquiera la más puta idea de lo es, cree o quiere ser.
Así que parte de la confusión, surge de no saber exactamente porqué tendría derecho a demandar el amor que, sin embargo, no puede evitar demandar.


El Yo Ideal, como parte del Imprinting viene a representar la "manera de ser" más captadora de amor (según, por supuesto, los datos actuales del Imprinting que pueden ser desde simplemente falsos a nefastos, ya que por lo general fueron construidos en estado de estrés traumático, a una edad muy temprana y con los recursos inmaduros de ese momento, además de estar filtrado por los cuidadores que seguramente también estaban neuróticos). 
Dicho más simple: el Yo Ideal es la causa y la consecuencia de la neurosis.
Las demandas del Yo Ideal son las que nos estresan angustian y finalmente, nos terminan alienando. (Horney).

El Yo Ideal es el héroe de la novela que está escribiendo el Escriba para satisfacer al Otro Generalizado según los mandatos y modelos del Imprinting. 
El Yo Ideal es el eje alrededor del cual gira el bucle neurótico autodemanda/autodenigración (lo que Karen Horney, iluminadoramente llamo "el ciclo del orgullo". (Todavía no se había puesto de moda "bucle" ni "recursivo").

Según Horney, los Yoes Ideales de las personas podrían catalogarse en tres tipos principales:

Yo Ideal Poderoso
 (condena en el Mono toda manifestación de "debilidad" o "impotencia") 
se inhiben los deseos de intimidad 
demanda sumisión del Otro 
"todo se soluciona con más control" 

 Yo Ideal Bondadoso 
(condena en el mono toda manifestación de "agresividad" o "egoísmo") 
se inhiben los deseos de triunfo 
demanda cuidado del Otro 
"todo se soluciona con más amor" 

Yo Ideal Desapegado 
(condena en el mono toda manifestación de interés o entusiasmo) 
se inhibe toda ambición del yo generativo 
demanda independencia del Otro 
"todo se soluciona con más libertad" 
"donde no hay apego no hay sufrimiento" 

 Estos tres Yo Ideales son los tipos básicos. Todos tiene a su vez subtipos (que sería muy largo explayar acá) y nadie pertenece en realidad a un “tipo puro”. Somos más bien una cierta mezcla de todos ellos. Aunque, por lo general se puede ver cómo alguno predomina significativamente sobre los demás. 

Ésta última conceptualización del Yo Ideal se la debemos al genio de Karen Horney (que, en mi opinión,  descifró la etiología básica de la neurosis, pero a la que nadie le dio mucha bola, quizás porque en los años 30 no se consideraba que las mujeres pudieran decir algo interesante). 

Según esta autora, la neurosis consistiría en un Secretario queriendo forzar al propio Mono, por todos los medios posibles (coerción, voluntad, autoengaño, autohipnosis, entusiasmo maníaco,  optimismo compulsivo, fanatismo, culpa, vergüenza, hipocresía (conciente o inconciente), mala fe, etc) a "ser" aquella imagen divinizada que presenta el Yo Ideal que el Secretario se supo "construir" (para no volverse loco). 
La cosa es que este Secretario neurótico , por la misma distorsión cognitiva de la que es víctima, está aseverando que el Mono ya es efectivamente ese Yo idealizado. Pero como el verdadero Mono de ninguna manera puede dar la talla, con sus acciones reales, de aquello que le demanda el desaforado Secretario, constantemente rebota entre  el tratar de autoconvencerse de que es eso que el Secretario dice,  y la decepción subsiguiente que lo precipita en el autodesprecio, la autoacusación y la pérdida temporaria de sentido, etc. 
Luego, lo que, por lo general sucede, si el sujeto no está demasiado neurótico, es que el Escriba va rectificando recursivamente el Guión hasta que logra "salvar la imagen de sí" de alguna forma y de esa manera  el equilibrio sistémico más o menos se "normaliza". Hasta que el ciclo vuelve a comenzar con la situación vincular siguiente.
Cuanto más desequilibrado o desorientado en la vida nos parece un sujeto, es cuando su Guión perdió  flexibilidad y capacidad de restauración de la propia imagen de sí.

Terapéuticamente hablando, sería deseable dejar de tener (ser despotizado por) un Guión unilateralmente autojustificatorio/autopunitivo formado por la repetición interminables de unas pocas escenas arquetípicas  y transformarlo en uno comprehensivo, multilateral, matizado y sutilizado.
Esto permitiría que sea capaz de alojar en el relato la mayor diversidad posible de experiencias existenciales reales por las que va a travesando el Mono, en lugar de querer encajar todo lo que se parece en una categoría estereotípica destinada a reparar algún trauma del pasado. 
Es necesario habilitar la construcción de un Guión que habilite la comprensión y la compasión hacia el propio ser-en-el-mundo: un ser imperfecto, vulnerable, pero también creativo y eficaz en la medida que se le permita ser lo que es y no pretenda ser otra cosa.  
Un Guión que haya enfrentado y renegociado los mandatos del propio Imprinting y sepa dar cuenta de porqué hace las cosas en lugar de hacerlas impulsadas por una compulsión atávica.
En lo que respecta al Guión, como sugiere Guidano, la "salud" siempre está para el lado de la mayor abstracción/complejización. 
Como el Guión es, en última instancia, el responsable de sostener la Coherencia Sistémica a la que llamamos "cordura", cuanto más capacidad descriptiva tanto digital como analógica tenga el Escriba, más ámbitos de la experiencia del Mono va a poder alojar en su propio Guión. 
Porque los que no pueda alojar (por rigidez del Guión, por "incapacidad narrativa", o por otros mecanismos defensivos que sería largo describir acá) son justamente los que quedan operando de manera tácita (en la sombra) y sostienen la neurosis.


Por regla general, así como tratamos a los otros es como nuestro Secretario está tratando a nuestro propio Mono.

También otro objetivo del proceso terapéutico debería ser abrir "áreas de posibilidad" vedadas arbitrariamente en el propio Imprinting según los avatares de la propia historia vincular. 
Nuestra neurosis produjo que, en nuestro interior, tengamos un pobre monito subdesarrolado, atado y amordazo por los miedos del propio Secretario, que lo único que parecería que sabe hacer para cuidar es reprimir. 
La Salud Mental consiste en desamordazar al Mono. 
Y, para eso, hay que bajar a cascotazos al Yo Ideal.
En los casos más graves, el Yo Ideal no sólo tiene al mono amordazado sino que que "lo quiere matar"
Por eso la neurosis grave es "Odio de Sí". (Horney).
Es como estar poseído por un demonio cuyo único propósito es  matar al Mono. 
Y esto es lo que Freud confundió con la "pulsión de muerte" (Horney).
No hay ninguna pulsión de muerte. El mono quiere vivir crecer y desarrollarse y ésa es su única "pulsión".
El problema es que está atrapado por un déspota que (en los peores casos) está determinado a matarlo. Y en los no tan peores lo tiene atado y amordazado.

Un Mono desamordazado es un Mono feliz. 
Y a eso, a ser felices, es a lo que vinimos al mundo.


Pablo Berraud


Bibliografía
  • Bowlby, John; Una base segura (1989)
  • Guidano, Vittorio; La Complejidad del Sí-Mismo (1987)
  • Guidano, Vittorio; El Sí-Mismo en proceso (1994)
  • Horney, Karen; La Personalidad Neurótica de nuestro tiempo (~1930)
  • Horney, Karen; Neurosis y Madurez (~1950)
  • Mead, George; Espíritu, Persona y Sociedad (~1930)
  • Morin, Edgard; El Método V: La Humanidad de la Humanidad (2001)
  • Morin, Edgard; El Método VI: Ética (2004)
  • Watzlawick, Paul; Teoría de la Comunicación Humana (1967)

Comentarios

  1. Buen artículo. El término "secretario" alude a la variable socioeconómica. Y el término "mono" a la biológica. (José Dahab)

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  2. atractivo texto, 'ansioso', multideterminado... interesante exploracion de un SELF polifonico, epigenetico, multirrelacional

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  3. Para quien trabaja es la pregunta fundamental.

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