Esforzate por ser vos mismo (parece una boludez pero no es tan fácil). Todo lo demás es una pérdida de tiempo. Si querés ser alguien más, vas a haber desperdiciado tu vida, que es tu única oportunidad. No quieras aparentar lo que no sos, hasta el más boludo se da cuenta y al único que vas a engañar es a vos mismo. No idealices a nadie pero respetá a todos. El que más despreciaste quizás tenía algo fundamental para aportarte que te perdiste por arrogante. No persigas la felicidad. Viene sola cuando te preocupás por hacer felices a los demás. Tené muchos amigos (porque lo que más nos enriquece son los vínculos) pero no pierdas la capacidad de estar solo. No pierdas el tiempo buscando recompensas a tus supuestos méritos. Desprendete de la ilusión de que la vida es o debería ser justa. Lograr amar al que te odia o desprecia (y que se entere) es la mejor transformación que podés aportar al mundo Pablo Berraud
Compartiendo Psicología