Esforzate por ser vos mismo (parece una boludez pero no es tan fácil). Todo lo demás es una pérdida de tiempo.
Si querés ser alguien más, vas a haber desperdiciado tu vida, que es tu única oportunidad.
No quieras aparentar lo que no sos, hasta el más boludo se da cuenta y al único que vas a engañar es a vos mismo.
No idealices a nadie pero respetá a todos. El que más despreciaste quizás tenía algo fundamental para aportarte que te perdiste por arrogante.
No persigas la felicidad. Viene sola cuando te preocupás por hacer felices a los demás.
Tené muchos amigos (porque lo que más nos enriquece son los vínculos) pero no pierdas la capacidad de estar solo.
No pierdas el tiempo buscando recompensas a tus supuestos méritos. Desprendete de la ilusión de que la vida es o debería ser justa.
Lograr amar al que te odia o desprecia (y que se entere) es la mejor transformación que podés aportar al mundo
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