Existir es tener borde. El borde es muy importante para todo ser vivo: más allá del borde está "lo consumible", consumir "más acá" del borde implicaría comerse a sí mismo. El mandato fundamental de todo ser vivo de "seguir siendo" está indisolublemente ligado a la noción de borde. Pero en el humano se complica... El tipo, cuando se encuentra arrojado en la existencia, se ve compelido por un borde que está obligado a conservar. Y está obligado de la manera más perentoria posible: está obligado por el deseo. El tipo desea autonomía más que nada en el mundo. Porque la autonomía produce cierta sensación de control sobre lo que está afuera del borde. Y esa sensación de control es imprescindible para que el tipo sienta que su propia vida está en sus manos: que él es el único responsable de conservarla (aunque esto sea cierto sólo en una mínima parte). El tipo, pues, de lo que más depende, es de lo que lo hace sentir independiente. Toda autonomía necesita de alg
Compartiendo Psicología