Perdóneseme mi escepticismo pero, me parece a mí, que no elegimos ser quién somos... No llegamos a este punto de nuestras vidas por una sucesión de actos deliberados de voluntad sino todo lo contrario... porque no nos quedaba otra. Me causa un poco de gracia y, también, cierta ternura, esta creencia de algunos de ser, como dice el poema, "arquitectos de su destino"... No sé si existirá el "destino", pero que la vida hizo con cada uno de nosotros lo que se le cantó en las pelotas, me parece bastante irrefutable... Y, si logramos reconocer esto en nosotros mismos, capaz que después nos sea más fácil reconocerlo en todos los demás... Pero sólo si llegamos a este punto, creo, podemos ser capaces de sentir verdadera compasión, por las cagadas de los otros que nos afectan... porque entendemos que no podían actuar de otra manera... que no son actos libres sino más bien la expresión de un síntoma... ¿Eso quiere decir que nos tenemos que dejar cagar en la cabeza?... por su
Compartiendo Psicología