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LA CULPA Y LAS RECETAS DE FELICIDAD UNIVERSAL





El ataque indiscriminado y generalizado contra todo concepto de culpa sólo produce dos cosas en los que son incapaces de mirar el "caso por caso":
O una acentuación del cinismo burgués (que usa este relativismo para poder seguir cagando a su empleada doméstica sin preocuparse)...
O una acentuación del conflicto del culpógeno que ahora, además de sentir culpa, se va a sentir culpable por sentirla.
Sólo el caso por caso puede acercarnos a descubrir si un sujeto puntual usa la culpa como un placer morboso de revolcarse en la propia mierda o, por el contrario, la puede usar como palanca para intentar salir del círculo vicioso de su propio egoísmo. O de varias maneras más, todas particulares e idiosincráticas.
Esto es sólo un ejemplo de los efectos iatrogénicos producidos por los vendedores de recetas de felicidad de cartón pintado.
Usted podrá estar de acuerdo o no con este caso puntual, pero es mi esperanza que lo pueda trasponer a la multitud de slogans vigentes generados por los mercaderes de la felicidad universal.
Y, si no puede, no se desanime.
Lo seguiremos intentando.

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