El Yo Ideal es el brillo insustancial que oculta la falta.
El Yo Ideal es voluntarista y meritócrata: se cree el artífice de sí mismo y de sus circunstancias.
Por eso todas estas "terapias positivas" del "yo puedo" son tan "contraindicables".
Porque lo único que hacen es reforzar ese yo imaginario. Esa ilusión de totalidad posible.
Para lidiar adecuadamente con la diversidad externa hay que amigarse con la diversidad interna.
Para lidiar adecuadamente con la imperfección externa hay que amigarse con la imperfección interna.
Para lidiar adecuadamente con la ambivalencia externa hay que amigarse con la ambivalencia interna.
Para lidiar adecuadamente con la incertidumbre externa hay que amigarse con la incertidumbre interna.
Y todo eso (y más) nos lo imposibilita nuestro Yo Ideal.
Pablo Berraud
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