Tener la razón

Tener la razón, tener la última palabra, ser "el dueño de la verdad"... parecerían ser conductas cada vez más frecuentes en un mundo en el que ya nadie sabe siquiera si existe la verdad, pero no duda de que "los otros" (los de la otra ideología) mienten (o son víctimas de un engaño). 

Nuestro equilibrio psíquico depende, creo,  de tener cierto número de certezas. 

Si todo es incierto, la cognición colapsa. Se siente incapaz de controlar el entorno y, por lo tanto, en peligro inminente de muerte.

Pero, al no encontrar certeza "afuera", parecería que nos sentimos empujados a encontrar la "roca sólida" "dentro" de nosotros mismos. 

Nos vemos compelidos a reafirmarnos en esta cadena de mentiras: "la verdad es lo que yo sostengo" o sea "la verdad sale de mí" o sea "soy el origen de la verdad" o sea "la verdad soy yo".  Es como una consecuencia colateral nefasta del "pienso luego existo". El núcleo psicológico del individualismo.

Quizás sea necesario aclarar que esto no se reduce a la opinión política. Una vez que decidimos que nuestro punto de vista es "la vista del punto" lo generalizamos a cualquier cuestión.

Y ahí está la madre del borrego.

¿De qué borrego?

Del de los problemas vinculares.

Porque, como decía, la reafirmación enfática del propio punto de vista no se queda sólo en los dicursos político/sociales (en los cuales uno, de última, se puede seguir juntando con los que comparten su propio criterio de verdad) sino que se traslada a otros aspectos más cotidianos de la vida tales como cuál es la manera correcta de lavar un plato, o cuál es la forma más apropiada de ordenar una alacena, o cuánta sal se le debería poner al guiso, etc.

Acá es cuando la verdad se convirtió para nosotros en sinónimo de poder. Entonces, si cedo la verdad, cedo el poder.

Y ésta es una confusión que convendría resolver, si se desea conservar el vínculo en cuestión.

En vista de esta problemática...

¿Qué otras formas hay, en estos tiempos, de "encontrar anclaje" que no consistan en una autoafirmación maníaca del yo?

¿Qué estrategias usa Ud. para salirse de ese lugar en favor del vínculo?

Pablo Berraud