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Mostrando las entradas de 2024

El Guión

  El Guión. Todos tenemos un Guión, que es como nuestra "carta de recomendación" para decirle al Otro quién soy. El Guión es un diálogo entre La Ley y el Yo Idealizado. El Guión es el relato destinado a afirmar la sensación "Yo, Centro del Mundo". El Guión es la película en la que somos el Protagonista Principal que, de una forma u otra, deber ser justificado. El Guión es el plan de márketing interno que nos dice (pretendiendo decirle a los demás) que somos "dignos de pertenecer" a la manada, pero a la vez reconocidos como "diferentes" (diferenciables) de los demás. El Guión es el nombre que le dan algunos autores a esa mezcla de autobiografía automática y manual de instrucciones que todo ser humano, por el simple hecho de tener (poseer/ser poseído por) un lenguaje narrativo, se ve compelido a escribir y reescribir interminablemente, como una araña que teje su tela. La función psicológica del Guión es dar sensación de coherencia: construir un rel

Tipos de Yo idealizado

  Según Karen Horney, el Yo Ideal (neurotizante) de las personas podría catalogarse en tres tipos principales: Yo Ideal Poderoso (condena en el sujeto toda manifestación de "debilidad" o "impotencia")  Se inhiben los deseos de intimidad  Demanda sumisión a los demás  Su fórmula simplificatoria: "todo se soluciona con más control"  Yo Ideal Bondadoso  (condena en el sujeto toda manifestación de "agresividad" o "egoísmo")  Se inhiben los deseos de triunfo.  Demanda cuidado a los demás Su fórmula simplificatoria: "todo se soluciona con más amor"  Yo Ideal Desapegado  (condena en el sujeto toda manifestación de interés o entusiasmo)  Se inhibe toda ambición del yo generativo.  Demanda independencia a los demás. Su fórmula simplificatoria: "todo se soluciona con más libertad"  "hay que desapegarse para no sufrir"  ¿En cuál te reconocés? ¿Cuál es tu fórmula simplificatoria?

Sobre causas y soluciones.

  Creo que es un error pensar que sólo conociendo las causas se encontrará una solución a un problema psicológico. Saber la causa de un padecer, no significa necesariamente tener el remedio para sanarlo. Ejemplo metafórico: Si a un tipo lo moja la lluvia la causa puede ser que se olvidó el paraguas. Sin embargo lo que necesita ahora, que ya está mojado y pasó la lluvia, no es encontrar un paraguas sino una toalla. Algo que no se parece en nada a un paraguas y tiene otra función, la de secar lo mojado. El culto a las causas puede hacer que el tipo se quiera secar con un paraguas... incluso con un paraguas mojado. Simétricamente, como dice Marino Perez Alvarez, que la aspirina calme el dolor de cabeza no quiere decir que la causa del dolor de cabeza sea la falta de aspirina.

Terapia y Manipulación

  Psicoterapia=Manipulación El psicoterapeuta que diga que no tiene la intención de "manipular" al consultante miente... lo ético es manipularlo para beneficio de sí mismo, para bien del consultante. Todo trabajador de la salud y la educación manipulan al sujeto en vistas a  mejorar su salud y/o desarrollo. Todas las terapias directivas admiten que manipulan al consultante, las autodenominadas "no directivas" no lo admiten pero también lo hacen, aunque de modo más sutil, a veces hasta "inconcientemente". Persuadir es manipular, educar es manipular, producir una reestructuración cognitiva es manipular, hacer un diálogo socrático es manipular, validar y motivar es manipular, interpretar un sueño es manipular, predicar es manipular, militar es manipular, seducir es manipular, hacer un regalo es manipular, un médico, con el solo hecho de dar un diagnóstico desde su autoridad médica manipula al paciente para que haga un tratamiento. Dar una orden, en efecto, es

Verdad o fertilidad

  Muchas de  discusiones repetitivas en las parejas (o cualquier otro vínculo bilateral) tiene que ver con el tópico de "quién tiene razón", o, dicho más dramáticamente, "quién es el dueño de la verdad". Y, como si esto fuera poco problemático en sí, a esto se le agrega que "la verdad" que una de las partes pretende que sea reconocida por la otra, lleva más o menos implícita cierta descalificación  del destinatario. "Si me reconociera que es egoísta yo le podría perdonar" es el núcleo semántico de las disputas eternas en las parejas. Muchos no perciben la cuestión de poder que gravita en la frase citada. La exigencia de humillación del otro que subyace a la pretensión de tener razón. Las palabras, decía Huxley, son como el láser, atraviesan cualquier cosa. Crean realidades pero también las degradan, hasta hacerlas invivibles, inviables, inhabitables. Por eso es importante, mucho más que el "qué" estoy diciendo, preguntarme "para qu

MANADA Y ENGRANAJE

  Tratar de independizarse de la mirada de los demás es la aspiración de muchos en estos días. Y, hay que decirlo, el "mérito" es mayormente de las corrientes psicoterapéuticas, que, por alguna razón "compraron" que ésa era la mejor manera de eludir la angustia.  Así, aunque a veces puede ser de alguna utilidad, estos "consejos" conspiran a favor del sistema pero en contra del sujeto humano, muchas veces sin saberlo y con muy buenas intenciones. Confunden autonomía con individualismo cuando la autonomía humana es una auto(inter)nomía de carácter vincular y situado, orientada hacia la construcción de lo social. El individualista tratando de no ser manada, se vuelve engranaje.  Privándose de la mirada de los pares sólo responde al imperativo del sistema: <<sé eficaz>>. Es, por lo tanto, el menos libre, el que más hace lo que la maquinaria demanda de él: competir, envidiar, aislarse, despreciar, desconocer su propia vulnerabilidad. Persuadido de q

Mente social

 No hay tal cosa como MI mente o TU mente. Lo único que hay es NUESTRA mente, que se recrea cada vez que nos encontramos o cada vez que nos recordamos. La mente no está en el cerebro, entre otras cosas, porque la mente no es un contenido,ni un continente... es una actividad. La mente no está EN mi,  está (sucede) ENTRE nosotros,  o sea, AFUERA de mi.

YO SOY... ¿para el Otro?

  ¿A qué viene este impulso humano de querer "autodefinirnos"? ¿Qué estamos diciendo cuando decimos "yo soy... (tal o cual cosa)"? Pero, más importante: ¿a quién se lo estamos diciendo? Nuestro "yo soy" (nuestro significado personal) no tiene sentido fuera de un contexto vincular o social. Las reacciones de los demás son el significado de nuestra conducta, decía (más o menos) George Mead. O sea, aquello que creemos ser, es lo que las reacciones de los demás a nuestra conducta nos hicieron creer que somos. Si siempre nos miraran con asco pronto estaríamos convencidos de "ser" repugnantes. Es imposible referir al "yo soy" las propias acciones sino es a través de la reacción de los demás a las mismas. Las reacciones de los demás son, en consecuencia, nuestro "yo soy". ¿Y por qué nos determina esto tanto? Porque la función gregaria del "yo soy" es ser querible (valorable), digno de ser amado (tenido en cuenta). Lograr se

La esencia de lo humano es la contradicción

  La esencia de lo humano es la contradicción: Cuando creo que crezco, quizás hay un aspecto en el que, simultáneamente, me envilezco o me traiciono o me distraigo y de tan orgulloso me caigo del balcón o pierdo el perro en una plaza. Cuando me encarrilo y me pongo serio, me descarrilo de la otra dirección en la que lo importante está por fuera de lo serio. Cuando yerro, acierto en otro juego que no percibo estar jugando, pero que reconoceré más adelante. Cuando acierto puedo estar cometiendo el peor error de mi vida según mi propio juicio de 20 años después. Estar convencido, probablemente será la mejor receta para estar obstinadamente equivocado. Estar desesperanzado puede ser imprescindible para ponerme creativo. Y estar desorientado puede terminar siendo esencial para encontrar lo que necesitaba. Afirmar simultáneamente los opuestos puede ser la fricción que produzca la chispa que clarifique por un instante la oscuridad que a veces nos impone la luz del sentido común. Pablo Berraud

LOS PELIGROS DE SER COHERENTE

La necesidad de coherencia en el ser humano es fundamental.  Pero también puede ser catastrófica. Hay varios tipos de coherencia pero ahora me refiero a "coherencia de sí", en cuanto a la definición de nosotros mismos.  La obediencia al mandato: "hay que ser coherente". Que, en este caso, más que un mandato superyoico (aunque también lo es) es una compulsión funcional, biológica, me atrevo a decir. En virtud de esta compulsión a "ser coherente" (con lo que fui ayer, con lo que sentí ayer, con lo que dije ayer) el tipo desarrolla su identidad. Y esto puede ser bueno las veces que el tipo logra actuar de acuerdo a sus principios, suponiendo que los tenga o, mejor dicho, crea tenerlos, y que además los mismos sean sanos, cosa que por supuesto tampoco está garantizada. Pero ojalá la cosa fuera tan simple y plana como eso. La compulsión a ser coherente no solo consta de obediencia a mandatos mentales, también implica estados de ánimo o "maneras de sentir&q

Duda normal y patológica

  Como muchos otros, la duda es un concepto que no se puede analizar "en abstracto". Hay que mirar cómo cada quien lo encarna. El efecto que el hábito de dudar puede tener en una persona depende de cosas que no tienen que ver con la duda en sí, sino con otras características psicológicas de la misma. Así, la misma duda, puede representar en alguien salud y en otro patología. Hay duda sana y duda patológica. Hay duda banal (superficial) y duda legítima (cuestionamiento profundo). Me gustaría explorar un poco acá algunos de estos variados matices. Hasta el más ignorante dice, de vez en cuando, algo sabio.  Y hasta el más inteligente e instruido dice frecuentemente pavadas. La gran ventaja, a mi entender, que tiene el supuesto ignorante sobre el supuesto sabio es que puede con más facilidad dudar de sí mismo. Así, se vuelve más capaz de escuchar al otro. Nadie tiene el monopolio de la verdad y, sin embargo, lo más frecuente es que la mayoría de nosotros tendamos a creer que nues

Idealización y Neurosis

  ¿Qué es el "yo ideal"? Sin pretender meterme en los meandros psicoanalíticos y para simplificar, diría que es esa idea imaginaria de uno mismo confeccionada con lo que queremos que los demás opinen de nosotros y que nos terminamos tomando por nuestra identidad. Pero no es. Es sólo nuestro superhéroe infantil, medio tuneado a lo largo de los años pero con la misma cualidad de "exhibicionismo inobjetable": todo el que lo objete pasa a formar parte del conjunto de "los enemigos" (o "los tóxicos"). Es la imagen de nosotros mismos que nos reconforta. A su vez, es aquello que hasta que no se desmorona como una estatua bombardeada no se puede decir que el tipo en cuestión es un adulto "maduro". Una de las características denotativas de este superhéroe interior que todos supimos representar es la "perfección". La omnipotencia es casi el núcleo de ese yo imaginario. El Yo ideal es el brillo que oculta la falta. El Yo ideal es volunta

Angustia y Anestesia

  "La angustia es nuestra mejor maestra", decía Kierkegaard. El problema es que en estos tiempos casi nadie quiere aprender nada. Si algo se puede afirmar con bastante generalidad del “neurótico normal” es que no sabe lo que quiere… pero no quiere la angustia. No tiene la más puta idea, no sólo de lo que para sí mismo está bien o mal, sino tampoco y ni siquiera de lo que le gusta o le desagrada. Puede sonar arbitraria la afirmación de que en nuestra época están en este estado la mayoría de las personas. Sin embargo, la verificación empírica está al alcance de la mano de cualquiera. Basta con mirar cómo votan. Quien no la vea, es justamente porque forma parte de esa multitud que no se da cuenta de nada… y se cree libre. Si esto no fuera así, la propaganda y la publicidad perderían su eficacia e, incluso, su razón de ser. Y no nos pasarían las desgracias políticas que no quiero mencionar. Parecería que mucha gente necesita que le digan qué pensar y qué desear. Y la publicidad (

Enojo y abandono

  Existir es ser reconocido por un Otro. La sensación de existir no puede ser construida por uno mismo. Nos es concedida por la atención de los demás. No lograr ser "reconocido" (validado, confirmado) por al menos algún otro, es vivido imaginaria o simbólicamente como una amenaza de muerte social. Y la muerte social, para el ser gregario, no es más que una predicción de la muerte física. En algún lado del inconciente tenemos la oscura noción de que solos nos morimos. No es tan raro entonces que, cuando nos hacen sentir prescindibles, intercambiables o innecesarios,  reaccionemos compensatoriamente con enojo. Y una vez que entramos en enojo, la realidad vincular se vuelve dicotómica. El desconfirmado siente que la única forma de "recuperar" su consistencia es desconfirmando al otro: hacerlo sentir más prescindible que yo. Y en ese juego de desconfirmaciones (dentro del cual, por lo general, ninguno de los actores se da cuenta cabalmente de lo que está pasando) se da

DIVAGACIONES ACERCA DEL PENSAMIENTO CRÍTICO

Ayúdenme a pensar... ¿Es siempre ético educar en el pensamiento crítico de manera masiva e impersonal? ¿Y cuando el otro se resiste? ¿Hay que forzarlo? ¿Cómo tramita alguien que está clavado en la repetición el imperativo de dejar de repetir? ¿No se convertirá en un repetidor de que hay que dejar de repetir? ¿Podrá alguna arenga persuadirlo para que mire desde su experiencia en lugar de hacerlo desde su disociación y sus "teorías"? ¿No es acaso un conspiranoico alguien embarullado por su propio pensamiento crítico? ¿Qué le falta? ¿No critica el burgués, acaso, todo lo que lo saca de su zona de confort? ¿No es frecuente también el que supone que "pensamiento crítico" sólo se puede conseguir desembarazándose de toda ideología? ¿No suele ser el individualista el que más critico se cree? ¿Por dónde tiene que pasar la crítica para que sea realmente transformadora?

Somos organismos, pero también somos órganos.

  Somos organismos, pero también somos órganos. La individualidad es orgánica no autógena. Así como el cerebro (o el corazón o el hígado o cualquier otro órgano) es una singularidad y tiene una identidad (forma y actividad) que lo diferencia del resto de su contexto, si lo arrancamos del cuerpo no sirve más. Porque necesitaba al organismo para ser lo que era y hacer lo que hacía. Lo mismo pasa con el ser humano, salvo que su "organismo" contenedor es más difícil de visualizar. A veces, los organismos son concéntricos: el individuo es órgano de una familia que a su vez es órgano de una comunidad, que a su vez es órgano de... (la cantidad de muñecas rusas puede variar). Forzar al sujeto a autopercibirse como completamente autónomo (no como parte orgánica de algo mayor) es lo que posibilita luego su manipulación. Porque alguien que está solo es mucho más fácil de estafar, como en algún lado explica Chesterton. La organización/organismo de la cual el sujeto es órgano puede ser mu

Individualismo

  La cosmovisión monádica/individualista que el sistema nos instaló en el sentido común (nuestra manera "normalizada" de interpretar la realidad),  nos impide percibir que lo que uno siente que "está mal" (que causa sufrimiento, que necesita ser sanado) en el "adentro" (territorio subjetivo/intrapsíquico), en el único lugar en el que  puede intentar arreglarse es en el "afuera"... en el "entre" de los vínculos (territorio 'objetivo'/intersubjetivo). Querer arreglar lo intrapsíquico sólo en el marco de lo intrapsíquico  es como una especie de fomento de la alucinación. Esto último es exactamente lo que intenta la "psicología positiva" y el "neurocoaching del éxito" o como se llame. Es como si fuera un método de producir autohipnotizados o algo así.

Apariencia y Prejuicio

  Me parece a mí que las apariencias nos engañan en la misma medida  del tamaño de nuestros prejuicios. 🤷 ¿Lo qué? Por ejemplo ¿les suena alguno de estos prejuicios?  "Todo desaliñado es peligroso, hay que desconfiar de él" (aplica a hippies, obreros, homeless, indigentes y casi cualquier adolescente),  "Todo el que parece pobre me puede robar",  "Todo el que tiene plata no tiene necesidad de robarme (y por lo tanto no lo hará)", etc. Si yo tengo estos prejuicios, las apariencias me engañarán!... y me harán hacer "cosas raras" (¡hasta votar! 😬)...  o tener reacciones hacia los otros muy poco "realistas", en verdad. En general discriminatorias. Más grave es cuando  a una persona la engaña su propia apariencia. Y entonces un pobre cree que "merece" ser tratado como un esclavo.  O que el que está mejor vestido, o baja de un mejor auto, tiene más derechos (o más dignidad) que yo. El sentido común es el conjunto de prejuicios com

¿Qué es elegir?

  ¿Qué es elegir? Si te ponen delante tu sabor de helado favorito y otro que no te atrae para nada ¿vos elegís el helado o el helado te elige a vos? Cuando te atrae un cuerpo o una personalidad de una persona ¿vos elegís a la persona o esa característica de la persona te elige a vos? (Y ni hablemos de "elegir" un presidente porque se pudre todo.) Pero en resumen. ¿Cuáles son los resortes que se activan cuando "elegimos"? ¿Elige el cuerpo, elige la emoción, elige la mente, elige el inconciente? Y cuando "eligimos" (ponele), ¿para qué eligimos? ¿cuántas de nuestras elecciones son para la opinión de los demás? (son muchísimas desde ya te lo espoileo). ¿Cuánto de placer y cuánto de "deber" gravita en una elección? ¿Hay personas que eligen más por deber que por placer? ¿ y viceversa? ¿Qué características tiene que tener una "elección" para ser realmente autónoma (si es que eso es posible) pero a la vez, sana?

Autoayuda

  ¿AUTOAYUDA, AUTOSUGESTIÓN O AUTOHIPNOSIS? Desde que el concepto de autoayuda alcanzó popularidad y se inundó el mercado de libros del tema, se generaron tanto fervientes fanáticos como intensos detractores. ¿Para quién son esos libros? Básicamente para los mismos que quieren arreglar todo con una pastillita en vez de ir a terapia. 🙃 Los buscadores de soluciones empaquetadas. Igualmente, como el género es amplio, creo que no se puede hablar de autoayuda como una sola cosa. Además, como esto no es un estudio serio sino sólo la opinión de un boludo, tampoco es que me puse a mirar los miles de libros que hay en el mercado. Usted, por lo tanto (y como es obvio) queda en total libertad de opinar distinto... sobre todo en la importantísima cuestión de que soy un boludo. 😏 Así que voy a hablar principalmente de un tipo particular que me parece un poco turbio. En estos libros, el problema, por lo general, es que en el “paquete ideológico” propuesto viene incluido (en el "ayúdate a ti m

LA Existencia gesta la Esencia

 ¿Hay alguien que crea que aquello que ella/él mism@ "ES" no tiene nada que ver con aquello que le tocó vivir? ¿Con su particular manera de estar "EXISTIENDO"? Y sí, existir a veces duele, ¿qué duda cabe?... pero también a veces gratifica. La existencia es, pues, ambivalente. ¿Qué posibilidades de eludir la ambivalencia puede haber, entonces, para el ser? A mí me parece que ninguna. Pero evitar la experiencia con el propósito de evitar el dolor o el riesgo o la angustia, quizás no sea la mejor de las estrategias. Pero sí es la mejor manera de construirse limitaciones futuras. Es la manera segura de restringir el propio SER. No estoy diciendo nada complicado: No será ciclista aquél que eludió sistemáticamente la experiencia de subirse a una bicicleta. Y, por supuesto, no hay que confundirse creyendo que evitar la experiencia es lo mismo que evitar la existencia. La existencia sigue sucediendo... pero de "menor calidad". Es una existencia evitativa, de baja

De la verdad psicológica.

  Es una de mis convicciones  más fuertes que la relación de la persona con la verdad y la mentira es causa de su salud mental o falta de ella. Con esto quiero decir explícitamente que, cuando más honesta es una persona, más sana es. Y esto refiere tanto a su relación con los demás como consigo misma. Hay en nuestros tiempos un curioso esfuerzo por relativizar (o incluso negar) el concepto de verdad: “Cada cual tiene su verdad” es uno de los axiomas del subjetivismo extremo. No pretendo acá negar la existencia de la limitación humana con respecto al conocimiento de la verdad ni tampoco la existencia del punto de vista o perspectiva individual (llamado “opinión” o doxa, desde los tiempos de Platón). Encuentro incluso saludable cierto perspectivismo que dificulte a cualquiera (especialmente a los detentadores de poder) en erigirse en “dueño de la verdad”, como vulgarmente se dice. Pero un perspectivismo extremo, obstruye o dificulta a muchos desprevenidos el hecho concreto de que cualqui

Del Enojo

  Existir es ser reconocido por un Otro. La sensación de existir no puede ser construida por uno mismo. Nos es concedida por la atención de los demás. No lograr ser "reconocido" (validado, confirmado) por al menos algún otro, es vivido imaginaria o simbólicamente como una amenaza de muerte social. Y la muerte social, para el ser gregario, no es más que una predicción de la muerte física. En algún lado del inconciente tenemos la oscura noción de que solos nos morimos. No es tan raro entonces que, cuando nos hacen sentir prescindibles, intercambiables o innecesarios,  reaccionemos compensatoriamente con enojo. Y una vez que entramos en enojo, la realidad vincular se vuelve dicotómica. El desconfirmado siente que la única forma de "recuperar" su consistencia es desconfirmando al otro: hacerlo sentir más prescindible que yo. Y en ese juego de desconfirmaciones (dentro del cual, por lo general, ninguno de los actores se da cuenta cabalmente de lo que está pasando) se da

De Apetitos y Deberes

    Más de un autor estaría de acuerdo con la teoría de que la conducta humana está impulsada mayormente por dos "fuerzas": los "apetitos" y los "deberes". Según entiendo, Freud habría puesto los deberes del lado del principio de realidad y los apetitos del lado del principio del placer. Parecería que el cumplimiento de los deberes nos restringe la libertad y espontaneidad y (teóricamente) el de los apetitos ampliaría nuestra libertad. Y,sin embargo, sabemos que cuando nuestra conducta está presa de los apetitos, no resulta siendo tan libre como nos prometieron. Además, esta especie de petición de principio de atribuirle "libertad" a la búsqueda de saciedad de aquellos apetitos, supone que dichos apetitos son espontáneos y surgen de lo más profundo de nosotros mismos (nuestro propio cuerpo). Mientras que los deberes vendrían siempre desde "afuera", de los requerimientos de las sociedad o el contexto o los vínculos. Sin embargo, vivimos

Elogio de la Ingenuidad

Tengo para mí la creencia de que la ingenuidad es una parte importante de la salud mental (o equilibrio emocional, o bienestar psicológico, o como le quieran decir). Por lo que pude ver, el que desprecia la ingenuidad como un defecto tiene que resolver el dilema optando por conductas menos "amigables" (todas, en mi opinión, problemáticas): puede volverse cínico, obsesivo, desconfiado, paranoico, hermitaño, misántropo, misógino, asocial, antisocial,etc. La ingenuidad tiene que ver con la confianza básica. Aquella que sólo aprendieron "orgánicamente" los que tuvieron cuidadores cálidos, proveedores, consistentes, y predecibles. Como eso en estos tiempos es más bien una excepción, el resto de los mortales nos tenemos que buscar otros métodos para experimentar esa emoción de confianza básica. La tenemos que reconstruir. 🤷 Algunos confunden ingenuidad con imprudencia, y eso les dificulta más aproximarse a la experiencia. La ingenuidad, sin embargo, no es imprudencia: co

Adaptabilidad

  ¿Cuáles son sus ventajas y desventajas? ¿Cuáles son los límites de una adaptación sana? ¿Cuando se vuelve alienante? ¿A qué cosas es beneficioso adaptarse y a qué cosas la misma actitud termina siendo autodestructiva o, al menos, autolimitante? Hay personas que se adaptan y otras que exigen que los demás se adapten. Acá entra el tema del poder... desde ambos lados. ¿Qué se pierde al adaptarse y qué se gana? ¿Cuándo adaptarse pone en riesgo la popia identidad y valores? ¿Cómo discernir más o menos realistamente las condiciones en las que conviene adaptarse y las otras en las que adaptarse sería una especie de suicidio del yo, una pérdida de identidad? ¿Cuándo no querer adaptarse al propio entorno es sólo una cuestión de rebeldía/capricho sin fundamento? ¿Y cuándo esa rebeldía es un gesto vital de autopreservación? La rigidez psicológica es un problema que ahora, con las terapias contextuales, está pasando al "top ten" de lo "no-saludable". El objetivo a disolver. Y

El Yo Ideal

El Yo Ideal es la imagen totalizante y perfeccionista de nosotros mismos que, para lo único que sirve, es para amargarnos la vida. El Yo Ideal es el brillo insustancial que oculta la falta. El Yo Ideal es voluntarista y meritócrata: se cree el artífice de sí mismo y de sus circunstancias. Por eso todas estas "terapias positivas" del "yo puedo" son tan "contraindicables". Porque lo único que hacen es reforzar ese yo imaginario. Esa ilusión de totalidad posible. Para lidiar adecuadamente con la diversidad externa hay que amigarse con la diversidad interna. Para lidiar adecuadamente con la imperfección externa hay que amigarse con la imperfección interna. Para lidiar adecuadamente con la ambivalencia externa hay que amigarse con la ambivalencia interna. Para lidiar adecuadamente con la incertidumbre externa hay que amigarse con la incertidumbre interna. Y todo eso (y más) nos lo imposibilita nuestro Yo Ideal. Pablo Berraud

Ser Vistos

 De la dialéctica del deseo de Integración/ Diferenciación. Digamos lo que digamos, nada nos importa más que ser vistos: ser reconocidos como "algo" distinto del paisaje (como figura que se destaca sobre un fondo).  Y esto está bien (es "adaptativo"), porque lo contrario (confundirnos con el paisaje) nos pone en riesgo de que nos sieguen mientras están cortando el pasto. O sea, es una cuestión de supervivencia. Todos necesitamos ser reconocidos, confirmados, legitimados. No hay otra manera de lograr idea alguna del "sí mismo" (self, identidad) que no pase por la mirada del Otro. Pero la cosa es que ese mismo impulso no está libre de ambivalencia. Porque llega un momento en que, en algunos contextos, cuanto más vistos somos más inseguros nos sentimos, nos aparece el temor de convertirnos en "presa": entre los que nos reconozcan como "algo distinto del paisaje", algunos nos van a querer usar como "cazable" o o como esclavizable