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ACERCA DE LAS SUPUESTAS MÁSCARAS EN LAS REDES SOCIALES

ACERCA DE LAS SUPUESTAS MÁSCARAS EN LAS REDES SOCIALES



Es opinión frecuente, leída o escuchada, que la gente en las redes sociales representa un personaje.
Me gustaría que me ayudaran a pensar un poco en esto...
Porque me da la impresión de que no es tan así.
Porque, después de todo, ¿qué es un personaje?
¿Cualquier persona tiene la libertad psíquica de representar cualquier personaje?
¿O habrá un repertorio limitado de personajes que cada uno de nosotros es capaz de encarnar?
¿Podría, por ejemplo, un impulsivo, construirse y sostener un perfil virtual libre de impulsividad?
¿Podrá acaso un obsesivo actuar en la red como si fuera un histérico?
¿Y un histérico como un obsesivo?
Yo creo que no.
¿Y usted?
Hay quienes dicen, incluso, que hay una determinación inconciente en la elección de los disfraces.
Dicen que, cuando nos ponemos una máscara, estamos revelando algo de nuestra verdadera interioridad.
Tengo la sensación de que, al contrario de lo que se dice, la "protección de la pantalla" y la mediación del teclado habilita a las personas a mostrarse con menos miedo, tal cual son...
Cierto es que el "delay" que impone tener que escribir la respuesta (y poder releerla antes de enviarla) agrega una capa adicional a lo que vulgarmente se llama "espontaneidad", más propia de la comunicación "cara a cara".
Pero me parece que ese "delay" no opera en general en la dirección del "encubrimiento" sino, por el contrario, en la de poder expresar con más claridad la propia personalidad.
El que es narcisista en su vida cotidiana lo será con más claridad en facebook, no con menos.
Y aún va a resaltar más las cosas por las que supone debería "ser amado".
Es decir, lo que él mismo "ama" de sí mismo.
Estará el que publique fotos de casa, auto o vacaciones.
Estará el que publique su linda cara o cuerpo.
Estará, en fin, el que se dedique a exhibir su supuesta inteligencia o erudición o sencillez o simpatía o chispa...
Y así es como, queriendo seducir, uno se muestra.
Decía Oscar Wilde:
"Sólo hay una cosa en el mundo peor que el que hablen de uno y es que no hablen de uno".
Cuando queremos ser mirados, mostramos lo que creemos mejor.
En esa valoración de qué mostrar es donde en realidad mostramos, quizás sin advertirlo, nuestro verdadero ser.

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