NOSOTROS, LOS MEJORES...
Me resulta interesante esta característica tan humana de lo que podría llamarse el "valor agregado" de las ideologías.
Católicos, Marxistas, Feministas, Peronistas, Ecologistas, Positivistas, Psicoanalistas, Escapistas, Accionistas, Paracaidistas... no importa cómo se llame el paraguas bajo el cual nos ponemos. Sea cual sea, parece que para muchos es imposible separar ese acto de adhesión del sentimiento de que justo bajo ese paraguas están los únicos que valen la pena.
Habrá variantes que tengan que ver con aquéllo que la persona más valora. Si la bondad o la justicia es el valor más preciado para ella, su tendencia será a definirse como "nosotros los buenos", si son los racionales sus valores preferidos será del tipo "nosotros los inteligentes", si fuera el éxito individualista, será algo así como "nosotros los vivos" o "nosotros los que no caemos bajos las ilusiones de masa"...
No conozco a alguien tan idiota que busque autodefinirse a través de su filiación a un grupo al cual desprecia. Si dijera, por ejemplo "nosotros los idiotas" estaría en esa definición implicando que a la vez son buenos o tienen algún mérito que sólo ellos perciben (como, por ejemplo, la ironía). Salvo que vaya como espía a dicho grupo y, en ese caso, nunca dirá, en su interior, "nosotros".
Pero esto no termina acá. Como estamos tan locos y (como dijo Freud) "la gente cuando trabaja junta, se molesta", más pronto que tarde proliferarán subgrupos bajo el mismo paraguas.
Y ese "sub-paraguas" volverá a estar acompañado del sentimiento "nosotros los mejores".
Si somos Paracaidistas (por ejemplo) habrán los precavidos y los audaces, los que usan telas de colores y los que las usan negras. Para cada uno, la opción elegida será, ya no la mejor, sino "la única opción correcta" y no podrá entender como los otros idiotas no se dan cuenta. A más de uno incluso, tal disidencia lo llenará de una justa y santa indignación.
Pertenecer y diferenciarse. Un cóctel de narcisismo y gregarismo, que, con diferentes proporciones, la mayoría llevamos puesto. Salta a la vista que no podemos estar todos en lo cierto. Y sin embargo, me atrevo a decir que en la gran mayoría de las personas prevalece.
¿Es posible salir de esta ilusión sin tener que renunciar, en ese trámite, a la propia ideología, o visión del mundo?
¿Cuál es la forma que les parece más sana para lidiar con esto sin caer (de la sartén al fuego) en el nihilismo individualista o la tibieza relativista?
Católicos, Marxistas, Feministas, Peronistas, Ecologistas, Positivistas, Psicoanalistas, Escapistas, Accionistas, Paracaidistas... no importa cómo se llame el paraguas bajo el cual nos ponemos. Sea cual sea, parece que para muchos es imposible separar ese acto de adhesión del sentimiento de que justo bajo ese paraguas están los únicos que valen la pena.
Habrá variantes que tengan que ver con aquéllo que la persona más valora. Si la bondad o la justicia es el valor más preciado para ella, su tendencia será a definirse como "nosotros los buenos", si son los racionales sus valores preferidos será del tipo "nosotros los inteligentes", si fuera el éxito individualista, será algo así como "nosotros los vivos" o "nosotros los que no caemos bajos las ilusiones de masa"...
No conozco a alguien tan idiota que busque autodefinirse a través de su filiación a un grupo al cual desprecia. Si dijera, por ejemplo "nosotros los idiotas" estaría en esa definición implicando que a la vez son buenos o tienen algún mérito que sólo ellos perciben (como, por ejemplo, la ironía). Salvo que vaya como espía a dicho grupo y, en ese caso, nunca dirá, en su interior, "nosotros".
Pero esto no termina acá. Como estamos tan locos y (como dijo Freud) "la gente cuando trabaja junta, se molesta", más pronto que tarde proliferarán subgrupos bajo el mismo paraguas.
Y ese "sub-paraguas" volverá a estar acompañado del sentimiento "nosotros los mejores".
Si somos Paracaidistas (por ejemplo) habrán los precavidos y los audaces, los que usan telas de colores y los que las usan negras. Para cada uno, la opción elegida será, ya no la mejor, sino "la única opción correcta" y no podrá entender como los otros idiotas no se dan cuenta. A más de uno incluso, tal disidencia lo llenará de una justa y santa indignación.
Pertenecer y diferenciarse. Un cóctel de narcisismo y gregarismo, que, con diferentes proporciones, la mayoría llevamos puesto. Salta a la vista que no podemos estar todos en lo cierto. Y sin embargo, me atrevo a decir que en la gran mayoría de las personas prevalece.
¿Es posible salir de esta ilusión sin tener que renunciar, en ese trámite, a la propia ideología, o visión del mundo?
¿Cuál es la forma que les parece más sana para lidiar con esto sin caer (de la sartén al fuego) en el nihilismo individualista o la tibieza relativista?
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